En Brasil, líder del mercado, existe una demanda de 1.300.000 m2 de césped sintético por año, aunque solamente se utilizan para jugar al fútbol.
De moda desde que surgieron a principios de los '90, las canchas de césped artificial representan un negocio importante en la región.
Boca es el primer equipo argentino que invirtió en una cancha de césped artificial de la categoría "dos estrellas", la más importante a nivel mundial. La instaló en Casa Amarilla y sirve de entrenamiento para las divisiones inferiores y ocasionalmente para el equipo profesional, cuando debe viajar a jugar a países donde los estadios de pasto sintético predominan, como México y Costa Rica.
Los últimos tres mundiales Sub 20 se jugarán sobre esta superficie y se evalúa seguir avanzando por el menor costo que le representa a los clubes y por la buena aceptación de los jugadores.