Parece contradictorio que un producto artificial tenga un componente ecológico. Sin embargo, los beneficios que aporta su utilización así lo demuestran. Además de restringir de forma drástica el riego, evita la aplicación de productos químicos de tratamiento (plaguicidas, fertilizantes, herbicidas o fungicidas) y no genera residuos durante su vida útil, que puede llegar a superar los 15 años. Y en jardinería y paisajismo, al no requerir apenas de mantenimiento ni máquinas cortacésped, la emisión de gases a la atmósfera es cero.